La historia de una cantante que vivió “disforia de género”, emocionó a la reina Letizia, fue telonera de Vetusta Morla y vive la paradoja de participar en un Benidorm Fest donde no encaja. Por _CarlosMarcos
sufrió hace tres semanas un accidente de gravedad. Eran las once de la noche y pedaleaba en bicicleta por el centro de Madrid, camino de su casa. Colgaba de su hombro una bolsa de tela con su ordenador portátil. El balanceo de la bolsa la llevó a bloquear los radios delanteros de la bici. Frenó en seco, perdió el control y salió disparada hasta aterrizar impactando su rostro con el asfalto. No llevaba casco. Perdió el conocimiento.
Sentada en una cafetería cerca de la zona donde tuvo lugar el accidente, Alicia Climent se ríe al contarlo “porque ya ha pasado”. “Creían que tenía un derrame cerebral y estuve toda la noche en Urgencias. Me hicieron un montón de pruebas. Me dolía todo el cuerpo. Al principio pensé que estaba soñando.
es una de las participantes en Benidorm Fest , del que saldrá el representante español en la próxima edición de Eurovisión.
La versión a las bravas de esta sensación se la dio una seguidora, que fue a ver un concierto suyo a Málaga desde Vigo en coche y le dijo: “Hay gente que canta con el corazón, otra con la cabeza y otra con el coño. Tú cantas con el coño”. Alicia sufrió “disforia de género”, algo que ella explica como “una insatisfacción porque te sientes del género opuesto al que eres”. “Me consideraba un chico, pero un chico gay. Era muy para dentro, callada. Tenía muy asumido que nunca iba a ser una persona de la que alguien se enamorase, que iba a ser un bicho raro. Fue con 14 años cuando mi prima me pintó los labios y dije: ‘Joder, tengo buenos labios’.