Una amistad improbable aflora entre el artista plástico mexicano Pedro Friedeberg, nacido en 1936, y una cineasta veinteañera durante la década de realización del documental “Pedro”, el primero dedicado al artista calificado como el último de los surrealistas mexicanos.
“Al principio no quería, qué oso todas las que dije, todas las que hice”, dijo Spilk. “Ya cuando empezamos a editar y mi editor me dijo ‘Liora, es que esta historia no funciona sin ti’... Hay que ser honestos, hay que aceptar los errores, hay que no tomarnos tan en serio y ni modo hay veces que uno tiene que entrarle”.Pedro es famoso por su “Mano-Silla” presentada por primera vez en París en 1962, aunque es una obra que por tan solicitada y popular odia ahora.
Junto con el artista Xavier Girón fundó la galería La Chinche en 1979. En 2012 fue condecorado con la Medalla de Bellas Artes de México. Actualmente sigue trabajando en su estudio en la colonia Roma de la capital mexicana. Como muestra del auge que tiene el arte de Pedro, en la fábrica de la cerveza Corona, en la Ciudad de México, hay una obra suya en formato de anuncio.